Formalmente, con la incorporación de la mayoría de los futbolistas que juegan en el extranjero, hoy comienza el camino de la selección hacia el Mundial de Sudáfrica.
Desde ese punto de vista, cronológico, si acaso, entonces, es un día -como se suele decir- "bisagra", importante.
Además, hay otro aspecto resaltable y es que a partir de la presente jornada habrá un tramo de 25 días hasta la noche sudafricana -tarde uruguaya- en la que los celestes harán su debut en Ciudad del Cabo ante Francia.
Más allá de ese tiempo -y/o distancia- que falta para el regreso de Uruguay a un Mundial después de 8 años, en lo que hace a la esencia de lo futbolístico, ese lapso -para ser sinceros, dejando los deseos y hasta el alma a un lado- es el único argumento, casi palpable, válido, en el que pueden basarse la ilusión y la confianza generalizadas de que la Celeste tiene posibilidades reales de estar, por ejemplo, entre los 8 -o hasta los 4- mejores, en Sudáfrica.
Es decir, lo que puede hacer pensar con fundamento que un equipo que salió 5° en las Eliminatorias de América está en condiciones de dar ese tamaño salto cualitativo que sueñan las esperanzas, es que ahora, por primera vez, Tabárez va a poder trabajar con todo el plantel, a fondo, en la cancha, como no lo pudo hacer a lo largo de toda la ronda clasificatoria, donde sólo tuvo a los jugadores bajo su mando, aisladamente, una vez cada tanto, en los cinco días previos al primero de los partidos que se disputaron en cada doble etapa.
Esa es, pues LA APUESTA; así, con mayúsculas, en base a la cual es posible creer -y no sólo soñar- que Uruguay puede figurar entre lo 8 o los 4 mejores del Mundial de Sudáfrica.
Tan es así que, incluso, la AUF -a instancias del cuerpo técnico- dejó de lado un ofrecimiento para realizar una especie de campamento de 15 días en un complejo deportivo de primer nivel en Salzburgo, Austria, con 25 pasajes y estadía pagos, a cambio de la realización de dos partidos de preparación contra selecciones mundialistas por los que Uruguay recibiría 100.000 dólares, que hizo llegar el grupo empresarial Wordl Eleven España, presidido por el agente FIFA Alejandro Santisteban y representado en Uruguay por Diego Schaffer, porque Tabárez -basándose en su experiencia "itinerante" previa al Mundial de Italia- jugó todos sus boletos a que en estos 25 días los futbolistas se pongan a punto, en un clima similar al que habrá en Sudáfrica, y no diferente como es el de Europa en la época actual, balanceando la preparación entre los jugadores que llegan sin mucha actividad y los que cargan una nutrida cantidad de partidos -y hasta las secuelas de algunas lesiones- sobre sus espaldas, con el catalizador respaldo que significa estar cerca de los que pasan la mayor parte del año alejados: el afecto y la compañía de los familiares.
Por eso hoy es muy importante, porque es nada más ni nada menos que el comienzo del camino que el cuerpo técnico celeste, con fundamento no por sorteo, eligió para corresponder a ese pálpito esperanzado, y casi generalizado, de que Uruguay puede estar, por ejemplo, entre los 8 mejores del Mundial de Sudáfrica.
AUF. Desechó una preparación paga de 15 días en Austria.
Arribos
Sábado 10:00 Fernando Muslera
Sábado 11:00 Sebastián Abreu
Domingo 18:00 S. Fernández
Lunes 6:00 Juan Castillo
Lunes 12:00 Diego Godín
Lunes 12:00 Sebastián Eguren
Lunes 12:00 Diego Pérez
Lunes 12:00 Jorge Martínez
Lunes 12:00 Martín Cáceres
Lunes 12:00 Edinson Cavani
Martes 12:00 Jorge Fucile
Martes 12:00 Álvaro Pereira
Martes 12:00 Diego Lugano
Jueves 16:00 Mauricio Victorino
Jueves 16:00 Álvaro Fernández
Sábado 9:40 Diego Forlán