El arco de la Seleccion Uruguaya siempre estuvo en buenas manos



El arco de Uruguay en las Copas del Mundo siempre estuvo en buenas manos. Las selecciones celestes se destacaron por varias figuras, pero sus arqueros causaron admiración ya desde el Mundial de 1930 disputado en Montevideo.

El Uruguay bi-campeón olímpico tenía un candado en el arco. Andrés Mazzali era un adelantado en el puesto, un verdadero atleta que había elegido atajar. Y lo hizo en forma espectacular. En 1919 debutó en Nacional donde jugó 267 partidos. Fue un innovador, jugaba fuera del área, era arrojado en las salidas y tenía grandes reflejos. De hecho, fue campeón sudamericano en 400 metros vallas en 1920 y jugando para Nacional, anotó 12 goles ya que en algunos encuentros jugó como delantero.

Fue Campeón Olímpico en 1924 (Colombes) y 1928 (Amsterdam) pero se quedó sin el Mundial de 1930 por un hecho extra deportivo. Dejó la concentración celeste, y fue dejado de lado por el entrenador que nominó a Enrique Ballestero, el gran arquero del momento, que defendía el arco de Rampla Juniors. Sin las características de Mazzali, Ballestero se transformó en una tenaza. Era un arquero con estilo propio, mucho más de arco que de área, pero brindaba seguridad en cada una de sus intervenciones.

Sus manos sostuvieron la victoria de Uruguay sobre Argentina en la recordada final de 1930. Fue el primer gran arquero campeón del mundo con la celeste.

Tuvieron que pasar veinte años para volver a ver a Uruguay en un Mundial. Fue en 1950, en la Copa del Mundo de Brasil, donde la celeste llegaba a defender el título.

Fue el año de la mayor hazaña en la historia del fútbol. El triunfo de Uruguay sobre Brasil en la final, aún hoy se recuerda como el `Maracanazo` y mucho tuvo que ver en esa hazaña Roque Gastón Máspoli, el arquero que ocupó el arco uruguayo. Tenía 33 años, era guapo, corpulento y decidido. Se había iniciado en las inferiores de Nacional, pasó por Liverpool y se destacó en la Primera de Peñarol.

Máspoli también terminó siendo figura en el Mundial de Suiza en 1954, donde la celeste cayó en un inolvidable partido ante Hungría por 4 a 2, tras haber empatado 2-2 en los 90 minutos.

El arco celeste, seguía en buenas manos. Y nadie mejor que Roberto Sosa, "el meta carolino" para defender el prestigio de los arqueros uruguayos en la Copa del Mundo de Chile 1962. Ágil, volador, seguro, fue uno de los puntos altos de un equipo que no se lució.

Sosa marcó una época en el arco de Nacional. Fue ídolo en un puesto donde abundan más las críticas que los elogios. Roberto Sosa fue otro de los enormes arqueros de Uruguay.

Cuatro años después, un joven de tan sólo 20 años, desafiaba a los ingleses en pleno Wembley. Ladislao Mazurkiewicz, figura del Peñarol Campeón de América y del Mundo, enmudeció a los aficionados londinenses en el debut de Uruguay ante Inglaterra en la Copa de 1966.

Todo vestido de negro, con un físico privilegiado y unos reflejos extraordinarios, atajó todo lo que llegó y mantuvo el cero en su valla.

Fue el inicio de la era Mazurkiewicz. También fue clave en el Mundial de México `70 y en la Copa del Mundo de Alemania en 1974.

Con tres mundiales a cuestas y unas performances brillantes, hasta el propio Lev Yashin, el notable arquero ruso, lo nombró heredero de su trono.

En 1986, otra vez en México, apareció una nueva figura en el arco celeste. Fernando Álvez, para muchos, la copia exacta de Mazurkiewicz. Por estilo, por ubicación, por hacer simple el tiro más difícil.

Tuvo una actuación fantástica en el debut ante Alemania y después sucumbió a la goleada dinamarquesa en tarde fatal de los celestes. Pero pese a esos 6 goles, no fue culpable.

De Álvez 1990, a Fabián Carini 2002, hubo un traspaso de posta silencioso y casi idéntico al que había sucedido con Mazurkiewicz.

Carini fue pilar durante el Mundial de Corea-Japón y defendió como nadie el prestigio de los arqueros uruguayos.

Hoy le toca el turno a otro joven con cara de niño. Igual que Mazurkiewicz, que Álvez y que el propio Carini, Fernando Muslera tendrá que cargar con todo el peso de la historia. Es producto de esa escuela de arqueros uruguayos que brilló en cada uno de los mundiales.



Por algo, el arco de la celeste, siempre estuvo en buenas manos.

Lev Yashin: "El mejor del mundo es Mazurkiewicz, de Uruguay", dijo el guardameta ruso cuando se retiró y nombró como heredero al `Chiquito`.

Ladislao Mazurkiewicz nació en Piriápolis, Uruguay, hace 65 años. Jugó las Copas del Mundo de 1996, 1970 y 1974. Fue considerado el mejor arquero del mundo.

Roque Gastón Máspoli: Roque Gastón Máspoli fue uno de los pilares en la selección uruguaya que lograra el `Maracanazo` de 1950 en la Copa del Mundo en Brasil. Arquero con gran seguridad y enorme porte físico. Jugó el Mundial brasileño con 33 años. En 1954, en la Copa del Mundo disputada en Suiza, volvió a ser de las figuras más destacadas de la selección uruguaya. Un año más tarde, colgaba los zapatos y se retiraba del fútbol con 37 años. Fue arquero en las divisiones juveniles de Nacional y Liverpool, pero debutó en Primera División en el arco de Peñarol.

Fernando Álvez: Fernando Harry Álvez nació en Montevideo, Uruguay, hace 49 años. Defendió el arco de la selección uruguaya en los Mundiales de México 1986 e Italia 1990.

Fernando Muslera: Fernando Muslera cumplirá 24 años en pleno mundial Sudáfrica 2010. Se ganó el puesto después de tener destacadas actuaciones en el arco de la Lazio de Italia. Había debutado en Wanderers, con apenas 18 años. Pasó a Nacional, donde actuó una temporada, y pasó al fútbol italiano. Hoy es el arquero titular de Uruguay por derecho propio.