Sebastián Abreu no pudo jugar el clásico que Botafogo disputó el domingo ante Flamengo (2 a 2) porque estaba suspendido, pero tuvo la posibilidad de enfrentarse a Sudáfrica en un partido amistoso; y sacó unos cuantos apuntes para pasarle al maestro.
El "Loco" no pensaba que le iba a tocar jugar ante el equipo africano, porque la intención del técnico Joel Santana era darle ritmo a los que no juegan habitualmente. "Y yo vengo con ritmo hasta de más", dijo Abreu.
"Fue un partido amistoso, pero de amistoso no tuvo nada. Una de las cosas que más me llamó la atención es que han jugado varios partidos acá en Brasil y los encaran todos con la misma mentalidad. Toman todos los partidos como si fueran oficiales, protestan todas las jugadas, discuten con los rivales, el técnico Parreira discute las decisiones del árbitro y van a cada pelota dividida como si fuera la última", contó Abreu desde su casa en Barra da Tijuca, donde desde el martes pasado ya está instalada toda su familia.
"Van a la pelota con una fuerza hasta desmedida. No con mala intención, pero desmedida y barren con mucho ímpetu. Nos ganaron 1 a 0 (gol de Siphiwe Tshabalala) y festejaron el triunfo como locos a pesar de que el partido se jugó en nuestro estadio a puertas cerradas. Todo eso marca cómo se están preparando y cuál es su mentalidad", agregó.
El equipo que enfrentó el sábado pasado a Botafogo está formado por futbolistas locales, aún les faltan los ocho o nueve que juegan en Europa. "Todos están aprovechando los minutos que les dan para ganarse un lugar en la lista definitiva. Por eso no te dan espacio ninguno", analizó Abreu.
COMPACTO. "Parreira le está dando otra visión táctica. Es un equipo muy compacto que repliega todas sus líneas. Te invitan a su terreno para que cuando entres en su territorio hacer una presión fuerte de dos contra uno sobre el jugador que tiene el balón. Y cuando lo recuperan salen con esa virtud que tienen en general los equipos de África: potencia y velocidad. Salen muy rápido, juegan al error del rival y aprovechan muy bien las pelotas quietas. Y si erran un gol o un pase se olvidan enseguida y automáticamente vuelven a pasar la línea del balón. Te esperan en mitad de cancha y salen rápido al contragolpe pero sin perder el balance defensivo. Son muy agresivos a la hora de marcar. Utilizan mucho el aspecto físico. Y en ese sentido son exuberantes. Esos son los toques diferentes que me parece que les está dando un técnico de tanto prestigio como Parreira. Les ha trasmitido su identidad", relató el delantero.
TRENZAS. Luego se refirió al futbolista sudafricano que más le impresionó. "Hay que tener cuidado con el número 8, que seguro que va a estar en el Mundial. Uno de pelo largo y trenzas que jugó la Copa de Confederaciones. No me pidas el nombre, pero es un zurdito que juega muy bien. Es el que pone la pausa y hace los lanzamientos con precisión a espaldas de los defensores para habilitar a los delanteros".
Abreu jugó los primeros 45 minutos y luego fue sutituido por Renato. Los sudafricanos sabían bien quien era, pero no intentaron ningún acercamiento con él. "Es normal, sabiendo que vamos a estar en el mismo grupo. Yo los estaba analizando a ellos y ellos a mí", dijo el "Loco" quien reconoció que se cuidó bastante.
giles. "No tuve posibilidades de hacer goles, pero la verdad me cuidé mucho porque metían cada viandazo bárbaro. Hasta jugué unos metros retirado de mi posición normal, más de enganche o media punta. Alejado de los defensores, sin darle posibilidades de que me pudieran agarrar de espaldas porque vi que la cosa estaba áspera. Y a mí el partido no me daba nada y me podía hacer perder mucho. Cuando ví como venía la cosa me retiré unos metros, porque esto es para vivos, no para giles; y a mí el partido me servía más para analizarlos a ellos que para otra cosa", reconoció el "Loco" quien todavía no habló sobre Sudáfrica con Tabárez. "Cuando estemos ahí, ya habrá tiempo de conversar".
La cifra
4 amistosos lleva jugados Sudáfrica en Brasil: ganó tres y empató uno.