Historia de la Copa América 1995 Enzo Francescoli












El delantero fue el mejor jugador del torneo y una pieza clave para vencer en la final a Brasil, que venía de ser campeón del mundo.

Hacía tiempo que Enzo Francescoli demostraba ser un jugador de un talento descomunal. Ya en 1983, con la Celeste como vestimenta, había ganado su primera Copa América. Ya en 1987, había conseguido la segunda. Ya había jugado dos Mundiales: el de 1986, en México; y el de 1990, en Italia. Ya para 1995, había ganado la liga francesa jugando para Olympique de Marsella y tenía, dentro de sus vitrinas personales, más de un torneo con River. Pero, aunque su carrera se encaminaba para su etapa final, el Príncipe no dejó de regalar sonrisas: en la edición de 1995, con su Uruguay como local, fue una figura tremenda y consiguió ganarle por penales la final a Brasil, que un año antes había salido campeón del mundo en Estados Unidos.

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Un año después, Francescoli, de hecho, ganaría la Copa Libertadores con River, demostrando que, aunque faltara tan sólo un año para su retiro de la pelota, su grandeza era interminable. Tan grande como para ganar su última Copa América y para hacerlo venciendo en semifinal a Colombia y en la final a Brasil. No fue el goleador del torneo porque estando Gabriel Batistuta jugando para Argentina resultaba realmente imposible hacer más goles que aquel tremendo artillero.

El curriculum de Francescoli en aquel torneo marca que sólo hizo dos goles: contra Paraguay, en la primera fase; contra Venezuela, en el debut, de penal. Su mayor tarea, de hecho, estaba en asistir a un gran goleador que lo acompañaba: Marcelo Otero.

De la mano de Francescoli, Uruguay, que de local nunca perdonaba, logró otra Copa América para colgar en su vitrina, que es la que más ediciones de este torneo recuerda con felicidad.