"Temer es una palabra que en fútbol no existe, menos acá". Diego Lugano



El capítán celeste ya está en el Complejo. Como muchos de sus compañeros, Lugano viajó solo. Dejó a su familia en Estambul porque sus hijos no pueden perder clases. Sobre todo teniendo en cuenta que luego irán a ver a su padre en el Mundial de Sudáfrica. Aunque lleva solo dos días en Montevideo ya pudo palpar la enorme alegría que siente la afición por la cercanía del Mundial. "Sentirse parte de eso y compartir la ilusión de la gente es muy bueno".

- Otra vez en el Complejo y con los compañeros, ¿está contento de arrancar el tramo final hacia el Mundial?

- Sí, muy contento. Es lo que hemos estado esperando. Llegar a Uruguay, reencontrarnos y empezar a trabajar para el Mundial. Desde aquel partido con Costa Rica que estábamos esperando este regreso. Ahora hay que empezar a mentalizarse y entrar en clima de Mundial.

- Estuvo complicado el último partido en Estambul.

- Sí, estuvo complicado. Pasaron cosas increíbles. Anécdotas que da el fútbol y sobre todo el fútbol turco donde se vive una pasión muy especial. Sirve como vivencia y para entender lo que significa el fútbol en cualquier parte del mundo.

- ¿Cómo fue?

-Llegamos a la última fecha un punto arriba y si ganábamos en casa éramos campeones. Había un clima impresionante porque habíamos ganado los últimos nueve partidos haciendo una remontada espectacular hacia el campeonato. Había 60.000 personas en el estadio y más 100.000 en los alrededores, en los bares, viendo en pantallas gigantes. Se había creado un clima de fiesta impresionante, quizás en demasía. En el partido fuimos muy superiores, era para haber ganado 5 o 6 a 0 porque creamos 20 chances de gol. Faltando dos o tres minutos el hombre de los altoparlantes anunció que el otro equipo había empatado y por lo tanto, nosotros que también estábamos empatados, éramos campeones. Los suplentes empezaron a hacernos señas para que hiciéramos correr la pelota y no atacáramos. El estadio era un infierno: todos gritando campeón. Yo ordené al equipo defensivamente, hicimos tiempo y presionamos al juez para que lo terminara. Nos llevaron en andas y dos minutos después nos enteramos que hubo un malentendido y que el otro equipo había ganado. La fiesta se volvió un infierno. Quemaron el estadio, hubo disturbios y estuvimos horas para salir.

- Acá el clima es muy diferente, hay una gran euforia con el Mundial.

-No sé si es euforia, creo que lo que hay es una gran alegría. Es vivir la pasión de fútbol que tanto nos identifica. Un Mundial siempre es muy importante para los uruguayos. Se ve en la calle, en la gente, en los niños. Sentirse parte de eso y compartir la ilusión de la gente es muy bueno.

- ¿Hay algo para temerle al debut?

-Temer es una palabra que en fútbol no existe, menos en Uruguay. No se le puede temer ni a Francia ni a ningún rival del mundo. Hay que respetar y reconocer que es el último vicecampeón del mundo. Es de las tres o cuatro mejores selecciones del Mundial. Pero creo que Uruguay tiene con que hacerle partido.

-¿Cree que se podrá aprovechar el buen momento de algunos jugadores como Forlán, Suárez y Cavani?

-Por suerte la mayoría del plantel llega tras un año personal y colectivo muy bueno. Los delanteros haciendo goles y el resto jugando a buen nivel. Eso influye favorablemente. Creo que la categoría de cada jugador va a ayudar mucho a Uruguay en el Mundial.