Alcides Ghiggia "Uruguay puede ser sorpresa"



Alcides Ghiggia, de 83 años, autor del gol de la victoria uruguaya 2-1 sobre Brasil en el Mundial de 1950 evoca aquella hazaña, repasa su vida y advierte que la celeste podría convertirse en sorpresa en Sudáfrica-2010 en entrevista con la AFP.

"A Maracaná lo callaron tres personas, el Papa, Frank Sinatra y yo", dice Ghiggia, repitiendo una frase que acuñó hace tiempo en un encuentro con la televisión brasileña.

Aquel 16 de julio de 1950, cuando el combinado celeste se impuso 2-1 a Brasil en el último partido del Mundial, Ghiggia sintió "una alegría enorme" tras anotar "el gol decisivo".

"Después del gol, el silencio fue increíble" en un estadio de Maracaná colmado con casi 200.000 almas.

"A mi nunca me impresiónó la hinchada. Yo entraba al campo para jugar y ganar, nunca me gustó perder", afirma este hombre pequeño y rebosante de salud, que supo ser un veloz puntero, capaz de gambetear en corto y en largo y de rematar con las dos piernas.

"Brasil siempre fue, dentro del fútbol, una potencia", estima Ghiggia y relata que después del ´Maracanazo´ los jugadores brasileños "me dijeron: ´el triunfo de Uruguay fue para nosotros un aprendizaje porque Brasil creía que antes de jugar ya había ganado el Campeonato del Mundo (...) aprendimos un poco la humildad´."

Ghiggia, que en diciembre de 2009 dejó su marca en la Vereda de la Fama del Maracaná, será homenajeado en la apertura del Mundial de Sudáfrica-2010, invitado por la FIFA.

Estimó que en esta Copa "Uruguay puede ser una sorpresa" aunque "todo depende del primer partido" ante Francia el 11 de junio, en el marco del Grupo A, que también integran Sudáfrica y México.

Francia "está al alcance" de Uruguay, afirmó el mítico puntero uruguayo, astro de Peñarol a fines de la década de los 40 y principios del 50.

Entre 1953 y 1962 jugó en Italia, nueve años en el AS Roma, uno en el AC Milán, e integró la selección ´azzurra´.

"Me hicieron ciudadano italiano, soy nieto de italianos", dijo Ghiggia, para quien fue "un honor jugar en una selección que no era la mía".

"La única vez que yo me puse la camiseta celeste fue en ese Mundial (1950). Después no me citaron", seguramente porque "yo estaba en Italia y en aquella epoca los reptriados no se usaban", indicó el ex jugador, que terminó su carrera deportiva a los 42 años en el uruguayo Danubio.

Sobre la hazaña celeste del 50, Ghiggia dice que hay muchas anécdotas que se cuentan que "no son ciertas".

Lo que sí es cierto es que "cuando estábamos en el hotel, estaban los recolectores de residuos y nosotros estábamos en la terraza y nos gritaban, nos hacían señas de ´cinco´ o ´seis´ y nosotros tranquilos".

"Al otro día (después del partido) (...) entraron, pero silenciosos, y nosotros estabamos en los balcones, esperando que salieran y les tiramos unos baldes de agua, había que ver como nos insultaban", se ríe Ghiggia, quien afirma que "el público brasileño con nosotros se portó muy bien".

El otrora veloz puntero que en loca carrera se quitó de encima la marca de Bigode para vencer con remate cruzado el arco de Barbosa explicó la situación que permitió al capitán celeste, Obdulio Varela, acuñar la frase "los de afuera son de palo".

"Obdulio eso lo dijo porque el día antes, tres o cuatro dirigentes hablaron con él, con (Roque Gastón) Máspoli, con (Eusebio Ramón) Tejera (...) y les dijeron que ya habíamos cumplido, que tratáramos de comportarnos bien dentro del campo y que tratáramos de que no nos hicieran más de cuatro" goles.

"El día del partido, adentro del túnel, Obdulio nos contó esta historia de los dirigentes (...) y ahí salió la famosa frase ´los de afuera son de palo´," dijo.

"Pero yo del 50 hablo poco, por respeto a mis compañeros que no están. Lo llevo dentro", afirma Ghiggia, único sobreviviente de la selección del 50 junto al golero Anibal Paz, actualmente enfermo.