¿ Que rivales nos tocara en el grupo ? El 4 de Diciembre se realiza el sorteo



Con el alivio de estar clasificados y sabiendo que el Mundial nos espera, al fin nos podemos dar el gusto de especular con quien jugaremos, donde y con quien nos conviene más.

El sorteo para determinar los grupos del Mundial se realizará en Sudáfrica el próximo cuatro de diciembre.

Mientras tanto, lo único que nos queda es especular quienes son los posibles rivales.

Según determinó la FIFA, los bombos para el sorteo estarán integrados de la siguiente manera:

Bombo 1 (Cabezas de series); Sudáfrica (país organizador), Brasil, España, Italia, Alemania, Argentina, Inglaterra y Francia

Bombo 2:
Holanda, Portugal, Eslovenia, Suiza, Grecia, Serbia, Dinamarca y Eslovaquia

Bombo 3:
Costa de Marfil, Ghana, Camerún, Nigeria, Argelia, Paraguay, Chile y Uruguay.

Bombo 4: Japón, Corea del Sur, Corea del Norte, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, México y Honduras.

Partiendo de la base que todos son rivales complicados, viendo los bombos ya podemos ir analizando con quien nos conviene jugar.

Teniendo en cuenta que Uruguay no puede estar en el mismo Grupo de los cabezas de serie Sudamericanos, y que en nuestro bombo están las selecciones africanas- que no podrán estar en la serie de Sudáfrica-, son altas las probabilidades que nos toque con el país organizador.

Esa sería, a priori, la opción más accesible, aunque también tenemos chances de jugar con España, Italia, Alemania y Francia, rivales que no queremos ver ni en figuritas.

En el segundo bombo, en el de los europeos, Eslovenia, Eslovaquia y Suiza aparecen como los más "fáciles", mientras que Holanda y Portugal son los grandes "cucos".

Finalmente, es del último bombo, el de los norteamericanos y asiáticos, de donde puede salir el rival más accesible. Si nos toca Corea del Norte, Nueva Zelanda u Honduras podríamos festejar, aunque para los celestes no hay rivales fáciles.

Así, una serie "ideal" sería con Sudáfrica, Eslovenia y Nueva Zelanda, mientras que una con España, Holanda y México estaría dentro de las opciones más complicadas.

Como curiosidad, en caso de tocarnos la serie de Francia y sacar a Dinamarca del bombo de los europeos, estaríamos repitiendo prácticamente la serie del Mundial del 2002, el último que jugamos.

Los celestes sellaron sus pasajes



Anoche llegó el momento tan esperado. Luego de tres años de sufrimiento, en los que se pasó del éxito al fracaso y de la gloria a la agonía en varias oportunidades, Uruguay se quedó con el repechaje ante Costa Rica y obtuvo el último lugar para el Mundial de Sudáfrica 2010.

Luego del triunfo por 1 a 0 en Costa Rica, que hacía pensar en una cómoda clasificación al Mundial, Uruguay debió sufrir más de la cuenta para sellar su pasaje a la Copa del Mundo empatando 1 a 1 ante los Ticos en casa.

Con el empate, Uruguay se volvió a meter en una Copa del Mundo luego de ocho años de ausencia y logra festejar al fin, luego de un largo camino en las Eliminatorias la tan ansiada clasificación.

La Celeste está en Sudáfrica. La clasificación se logró como fue toda la Eliminatoria: sufriendo

Sí, ¡Uruguay, no más! Es un grito que nace desde el alma. Contenido desde la mañana que Australia nos condenó a mirar el Mundial de Alemania 2006 por televisión.

¡Uruguay, no más! Es un grito que se fue forjando partido tras partido luego de tres años de una Eliminatoria interminable. Agobiante. Provocadora del estrés más grande que se puede recibir por un deporte.

¡Uruguay, no más! Es el reflejo del amor que se expresa por la camiseta celeste. Como lo volvieron a hacer en la entrega los jugadores que metieron como animales en el campo de juego. Y en el que el "Ruso" Pérez fue el estandarte.

¡Uruguay, no más! La Celeste está en el Mundial. Sufriendo, es cierto, quizás más de la cuenta por la forma en la que se fue dando el partido, pero ya nada modifica lo que sucedió. Ya no importa siquiera lo que cuesta ganar en el Centenario, aprovechar las oportunidades de gol que se generan. Lo único que interesa, lo que sobresale por encima de todo, es que la selección uruguaya de fútbol estará en la principal cita del balompié.

Pudo ser de otra forma, no puede desconocerse, incluso, que eso es lo que esperaba la gente. Porque todo el mundo fue a ver una fiesta. Debió ser, entonces, una jornada en la que el equipo se alejara de ese estigma que acompaña a los uruguayos desde hace muchísimo tiempo, porque es innegable que no es posible sentarse a disfrutar de un partido de la selección sin sentirse agobiado por la taquicardia.

Pero en lugar de ir distanciándose de ese shock nervioso, la cosa fue empeorando con los minutos. Con cada jugada desperdiciada, con cada intento por hacerse fuerte en el área adversaria.

Sin embargo, aunque el fondo costarricense se mostraba más endeble que una casa de madera en un huracán caribeño, la pelota no quería entrar. Faltaba un centímetro, aparecía una pierna salvadora o se remataba demasiado alto.

Y del otro lado, en tanto, empezaron a animarse un poco más y si bien la cancha estaba bastante inclinada hacia el lado de Navas, a Muslera lo obligaron a realizar dos tapadas estupendas.

La paridad acrecentó las dudas. Los nervios. La desesperación por encontrarle la vuelta al partido y asegurarse la clasificación.

En ese ambiente ingresaron los jugadores, que muchas veces apuraron las decisiones y así cayeron en los errores. Pero, igualmente, la Celeste dominó el trámite gracias al talento de Nicolás Lodeiro, a la disposición de Forlán por moverse por todo el frente del ataque, a las continuas proyecciones de Maximiliano Pereira y a la fuerza demoledora que ejerció en la mitad del terreno Diego Pérez.

Pero el gol no venía por ningún lado. Hasta que entró el "Loco" Abreu para explotar mejor la pobreza franciscana que mostraba en el juego aéreo el visitante.

Segundos después de ingresar, tras un centro de Forlán, Abreu estuvo a centímetros de conectarlo. El milagro salvó a Costa Rica, pero no por mucho tiempo porque tras otro envío a la zona quemante, ahora de Scotti, el goleador no perdonó para poner el 1-0.

Pintaba para empezar la fiesta. Para bailar y cantar en las tribunas. Pero Costa Rica, que ya tenía en la cancha a Saborio y estaba complicando en grande, hilvanó una muy buena acción de ataque que culminó Centeno abajo, contra el palo izquierdo de Muslera.

El 1-1 congeló el alma de los 60.000 aficionados. Paralizó a un país. Desesperó a los cientos de uruguayos que viven en el exterior. Fue el movimiento sísmico más grande que el visitante pudo provocar en suelo uruguayo.

Y hubo que empezar a sufrir. A aguantar como se pudiera. A pedir más pierna. A cruzar los dedos.

Era la vieja historia de siempre, la que acompaña a la selección en los últimos tiempos. La que impidió llegar a Sudáfrica de forma más directa.

Pero se salió adelante. Con temple, otra vez más. Dejando el alma en cada pelota, en cada pedacito de césped del Centenario.



Con corazón y alma, como para gritar: ¡Uruguay, no más!

Las cifras: 11 Copas del Mundo disputadas tendrá ahora Uruguay en su historial deportivo. 4 puntos sumó la selección celeste en sus enfrentamientos ante Costa Rica.