Ahí están los chicos de la selección uruguaya sub-17, a punto de vivir el partido más importante de sus cortas carreras. Ellos ya son aquella generación de jugadores que serán recordados, cuanto menos, por alcanzar la semifinal de una Copa Mundial de la FIFA un año después de que la selección absoluta lo hiciera en Sudáfrica 2010, dándole así continuidad a un proceso que amaga con seguir por el camino del éxito.
La duda es: ¿será conscientes ellos de esta situación? “¡Claro que sí!”, dice a viva voz el delantero charrúa Rodrigo Aguirre a FIFA.com. “El otro día conversábamos con mis compañeros sobre eso: hace un año mirábamos por televisión la semifinal contra Países Bajos, y hoy somos nosotros los que estaremos dentro de una cancha buscando la final del Mundial. Es increíble cumplir un sueño así a nuestra edad”, agrega el muchacho de 16 años, uno de los cuatro que cumplirán 17 el próximo mes de octubre.
Como si fuera poco, el oponente en Guadalajara será uno de sus históricos rivales... “Me gusta que nos haya tocado Brasil. Si bien es una semifinal, y uno entraría a jugar motivado ante cualquier rival, enfrentar a ellos lo hace más especial”, aclara el dueño de la dorsal 11. “Además, nos conocemos mucho. Este año ya nos hemos enfrentado tres veces y con tres resultados muy distintos: empatamos 0-0 en el Sudamericano, les hicimos cuatro en Montevideo y nos metieron seis en Río de Janeiro. Igual, no creo que ninguno sea medida, este también puede ser diferente”, advierte.
Un volante devenido en delantero
Nacido en Montevideo, Aguirre comenzó a jugar al fútbol a los 5 años en su barrio y, mudanza mediante, debió esperar hasta los 12 para tener su gran oportunidad. “Cuando el entrenador de las divisiones menores de Liverpool me ofreció la prueba, me era imposible imaginar este momento. Pero aquí estoy, contento, ilusionado y con las ansias lógicas de jugar una semifinal mundialista”, dice el Negro.
En su club Rodrigo es volante por izquierda. ¿Cómo es que llegó a ser atacante, entonces? “Fue Fabián (Coito) quien me adelantó en el campo de juego, y me siento muy cómodo en esta posición. La verdad, me encantaría seguir jugando de delantero”, confiesa sin pudor. Invitado a describirse, el zurdo va al grano. “Yo sé que no soy técnicamente muy dotado, pero trabajo para mejorar. Mi fuerte es el juego aéreo y el empuje, pero también tengo buen disparo al arco”, afirma este admirador de su compatriota Luis Suárez y del argentino Martín Palermo, de quien le gustaría tener “su capacidad de estar siempre en el lugar correcto”.
Aguirre siente que su manera de jugar es un buen reflejo del seleccionado que integra. “Este un equipo solidario, que se basa en el apoyo de un compañero al otro, uno que nunca se rinde y siempre deja todo”, explica. Consultado sobre si Uruguay tocó tu techo, el 11 continúa por el camino de la honestidad. “Hemos ido de menor a mayor, y si bien el cansancio se siente, aún así hemos dejado todo en cada partido. No estoy seguro si el equipo puede dar más. Ojalá que sí, pero igual nos veo muy bien”, avisa.
Tras reconocerse sorprendido por la repercusión que en sus redes sociales ha tenido la actuación de Uruguay en México, el atacante se despide con frase pletórica de respetuosa confianza. “Este equipo tiene una preparación de tres años y sabe muy bien lo que hace. Llegamos con el objetivo de hacer un buen torneo y, como todos, con el sueño de ser campeón. Ahora estamos tan cerca de jugar la final, haremos lo posible para que no se nos escape”.